Peso, diámetro y dureza son las tres condiciones físicas que se evalúan de cada una de las bolillas, en los procedimientos que, rigurosa y regularmente, realiza el Laboratorio de Bolillas del IAFAS.
Para continuar garantizando la transparencia y la calidad de los sorteos, el Laboratorio realiza las mediciones en un ambiente que debe respetar los parámetros de humedad y temperatura. La frecuencia con la que se repiten estos procedimientos depende del uso que se le da a cada caja de bolillas.
“Medimos los diámetros en dos posiciones de la bolilla. Cada bolilla tiene diez caras con su respectivo número; pero sólo dos están enfrentadas. Hay que buscar los dos números que se oponen y ése es el ecuador; luego giramos la bolilla y tomamos los polos”, explica el Jefe de Departamento Juegos Bancados y Poceados, Rubén Costa, quien se desempeña en el Laboratorio junto a los auxiliares de sorteos, Walter Foletto y Sebastián Luján.
En rigor, el diámetro de cada bolilla debe ser de 50 mm (+/- 5%); y el peso, de 80 gramos (+/- 7,5%). La dureza no se expresa en un valor, sino que se basa en la homogeneidad: que todas las bolillas de una misma caja sean similares.
Antes de realizar las mediciones, los equipos del Laboratorio de Bolillas son verificados con patrones, para constatar que estén en perfectas condiciones. Luego de cada procedimiento, las bolillas se guardan en su caja, se cierran y precintan, “para saber cuándo se usaron y cuándo se analizaron”.
Para llevar adelante las tareas del Laboratorio de Bolillas, personal del IAFAS realizó una capacitación en Lotería Nacional en el año 2012. “Si bien no hay evidencias de que el diámetro de una bolilla pueda influir en un sorteo; esta práctica la repetimos para seguir profundizando la transparencia de cada uno de nuestros sorteos”, finaliza Costa.